domingo, 21 de enero de 2024

Poema de enero

 


La brisa de enero viene a mi encuentro.

Las voces más allá de las paredes

hablan de lo que fue

de lo que está por venir

sin detenerse en el presente de esta tarde.

Una cabañuela cae sobre esas voces

en las que el tiempo se adormece.

Esta música de enero

himno de la existencia

entonado por el canto de los pájaros

por el susurrar del viento en el follaje.

El árbol de mango es solo un pretexto.

Los pájaros y el viento podrían prescindir de él.

Para cantar les bastaría su sombra

densa como la misma tarde.  

Enero sabe hacer lo suyo.

Con sus brisas y sus olores

incita a que la gente se acurruque

en esta cuna del tiempo detenido.

Así lo hacen los carretilleros

quienes dejan sus urgencias  

para reposar en el corredor de la tienda

para conversar mientras hacen balance.

Enero se detiene en el semblante

de esos vecinos que desafían el sol

que miran desde las ventanas

que caminan por esta calle.

En alguna casa de este vecindario

alguien prepara café.

El tintineo de una cuchara.

Con olor a dulzura

enero reposa en un patio  

donde se escucha un chorro de agua.

Enero sabe del olvido.

Al igual que esta gente

enero se abandona a la orilla de este rio leve

de brisa y no tiempo que me regala esta tarde.


         Jesús David Buelvas Pedroza