viernes, 24 de septiembre de 2010

Toda discución que no conduzca a una reflexión trascendente es sólo una práctica más para fortalecer la terquedad.

Jesùs David Buelvas Pedroza

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Reflexión sobre la creación literaria

Alguna vez me di cuenta de que a mi alrededor (al igual que ocurre con todos los seres humanos) se dan infinidades de eventos que no me es posible controlar. Eso es lo que de alguna manera asumimos como circunstancias. Sin embargo, como no me es placentero sentir que estoy sometido por lo incontrolable de las contingencias decidí buscar un recurso que me permitiera un poco de control sobre una parte de los eventos que me competen. Ese medio es la creación literaria.
Jesús David Buelvas Pedroza

lunes, 13 de septiembre de 2010

mass media y pensamiento

Es posible salvar al individuo de la falsificación de la realidad impuesta por los medios de comunicacón. El camino consiste en gestar una conciencia crítica que le permita al hombre autorregularse y escoger de manera provechosa lo que puede servirle en medio de la cantidad de basura que los mass media suelen ofrecer.
Jesús David Buelvas Pedroza

lunes, 6 de septiembre de 2010

La poesía actual

Un viaje sin precedentes en el que se conjunta una multiplicidad de voces. Estas intentan expresar las diferentes concepciones que los seres humanos tenemos de la vida y la forma en que nos està dada abordarla. La poesía actual transgrede cualquier exigencia que intente limitarla para erigirse en una forma refinada del pensamiento que la crea con el mejor de los esfuerzos que un hombre puede realizar; imaginar y encausar sus emociones para expresarlos a travès de la palabra.
Jesùs David Buelvas Pedroza

lunes, 30 de agosto de 2010

segunda nota

La postmodernidad: una excusa más para la mediocridad intelectual de algunos hombres.
Jesús David Buelvas Pedroza

jueves, 24 de junio de 2010

José Saramago o la alegoría crítica de nuestra contemporaneidad


Pocos días han transcurrido desde que se hizo pública la muerte del escritor portugués, autor de novelas como “Ensayo sobre la ceguera”, “La caverna”, “El evangelio según Jesucristo” y “Ensayo sobre la lucidez” entre otros relatos que no por ser menos leídos y mencionados que estos dejan de ser significativos en el mundo de la literatura contemporánea. Saramago es eso: un escritor y un pensador significativo para todos los que como él pensamos que el mundo de las letras es un espacio en el cual los símbolos se conjuntan para construir alegorías muy efectivas al momento de querer enjuiciar la realidad que nos compete; un espacio en el cual los sentidos de las imágenes van mucho más allá de la ficción para convertirse en métodos y caminos que conduzcan al lector hacia el profundo campo del pensamiento activo y la verdadera crítica.
Su imagen de anciano sabio se ha convertido en uno de esos íconos que convocan a las mentes que nos hemos entretenido con cada una de sus líneas, para rememorar los espacios alegóricos que creó como contexto de las acciones de sus novelas. Saramago ha enfrentado la muerte biológica a la que todos estamos avocados, pero ha logrado lo que muy pocos seres humanos consiguen en su vida; la posibilidad de trascender gracias a la palabra que se arraiga en los corazones y en las mentes de las generaciones que lo leen y lo leerán por muchos años. Saramago nos heredó a quienes trasegamos por el camino de la literatura uno de esos tantos mundos posibles a los que se llega no sólo para entretenernos con la ficción, sino también para profundizar en las ideas que nos permiten relacionarnos mejor con nuestro entorno a partir de la comprensión y la tolerancia desde la diferencia. La obra literaria de José Saramago es una ética de la vida contemporánea, gracias a la que sus lectores hemos ampliado nuestra propia visión para seguir luchando por la construcción de un mundo más justo, en el cual le sea posible a cada ser humano apropiarse de su presente, de sus circunstancias y de las oportunidades que le permitan seguir aportando para la salvación de una sociedad cuya peor epidemia es la ceguera acrítica en la que nos han sumido los males sociales generados por el capitalismo exagerado, el individualismo y la globalización.
En la obra de Saramago encontramos una metáfora que además de extasiarnos como lo hacen todos los símbolos que logramos entender, nos permite repensar nuestra realidad y nuestra posición en y frente al mundo. Somos gracias a él, lectores de una estética ética que nos posibilita la reflexión en medio del asombro; el análisis acompañado del placer; la crítica aunada a un andamiaje literario en el cual prevalece la característica propia de todos los clásicos: el verdadero equilibrio entre el fondo y la forma. Lo que se cuenta y cómo se cuenta son dos aspectos que el narrador portugués nunca descuidó a lo largo de su obra. Pero además de esto le añadió algo que es muy difícil de encontrar en muchas de las obras literarias que los afanes mercantilistas de hoy han ensalzado: la capacidad de sumergir al lector en el tan controvertido y difícil ámbito del pensamiento.
Pienso que es innecesario decirle adiós a alguien que se ha quedado entre nosotros de la única manera en la que para él los hombres podemos vencer a la muerte; a través de las obras que nos garantizan el recuerdo de nuestros congéneres. Saramago cumplió la tarea que escogió al decidirse por el ejercicio de la literatura. A sus lectores nos ha quedado el legado más importante que este hombre haya podido dejar; su pensamiento. Somos nosotros quienes estamos en capacidad de seguir contagiando al mundo con sus ideas, con sus símbolos, abriendo y compartiendo con otros esas páginas que de alguna manera se convierten en el antídoto contra la ceguera blanca que ataca al pensamiento; páginas que nos ofrecen posiciones políticas diferentes, páginas que terminan hermanándonos al enseñarnos la tolerancia que como seres pensantes tanto nos hace falta; páginas en las que (si sabemos buscar) podemos encontrar las condiciones éticas que nos permitirán convertirnos en lo que realmente deberíamos ser: una sociedad que se esfuerza cada día en gestar las acciones que nos hagan posible acercarnos a la esencia de lo que es una verdadera humanidad.

                                            Jesús David Buelvas Pedroza

jueves, 20 de mayo de 2010

foto promocional de "los anuncios de cualquier soledad"

Esta es la imagen de la primera edición del libro de poemas "Los anuncios de cualquier soledad" del escritor Jesús David Buelvas Pedroza. Un libro cuya lectura plantea interrogantes esenciales acerca de la forma en que el individuo contemporáneo asume su relación consigo mismo y con el entorno que le es más inmediato: su propia existencia. Esta es una invitación a leer una muestra de la poesía que nace del pensamiento y de la reflexión que un hombre puede hacer a partir de su íntima consagración a la observacion de los otros, de sí mismo y del lenguaje por medio del cual intenta compartir sus percepciones. Aquí, el lector podrá encontrarse con un yo poético que lo invita a un proceso de introspección bastante necesario en este contexto actual, en el cual casi siempre estamos buscando nuestra razón de ser por fuera de lo que en esencia somos y no en nosotros mismos.
Miguel Arom