lunes, 15 de febrero de 2021

domingo, 14 de febrero de 2021

Esperanza Gómez, sexo y pensamiento

 


En una entrevista de la, con justa razón venida a menos, Revista Semana, la exitosa actriz porno Esperanza Gómez demuestra tener gran claridad de pensamiento sobre la circunstancia política de nuestro país. En dicha entrevista, sus declaraciones resultan mucho más lúcidas y atractivas que las posturas obtusas y sesgadas que en ocasiones he leído o escuchado de muchos estudiantes universitarios y profesores. Escuchar la manera en que la actriz de cine para adultos analiza, compara y emite conclusiones sobre nuestros asuntos políticos a escala nacional permite concluir, entre otros aspectos, que ella ha desarrollado más capacidad crítica y propositiva que muchos de esos profesionales cansones que nos fastidian de tanto lucir en las redes sociales cuanto diploma obtienen en sus maestrías y doctorados y con los que creen convertirse en intelectuales.

Esta demostración de claridad de pensamiento de Esperanza Gómez me afirma en lo que durante un gran trayecto de mi vida he pensado. Los diplomas en Colombia se obtienen si tienes dinero o la habilidad para conseguir préstamos o buenos padrinos políticos que te permitan acceder a la educación superior y a su sobre oferta de postgrados, pero lo que no se puede obtener por más semestres que se pase en los recintos académicos, sobre todo si no se estudia como se debe, es capacidad de pensamiento. No quiero parecer sensacionalista, pero en cuanto vi toda la entrevista, no pude sino preguntarme por la relación directa que podría existir entre vida sexual activa e inteligencia. Desde esa pregunta me remití de inmediato a algunos ejemplos de escritores y filósofos de los cuales se habla no solo desde sus grandes obras sino también desde la manera en que llevaron su muy activa vida sexual; algo que en esta sociedad ultraconservadora se suele nombrar con la peyorativa expresión "costumbres licenciosas".  

Por otro lado, no pude dejar de sentir lástima por esos profesores, estudiantes y profesionales con sus aspiraciones de obtener maestrías y doctorados para en algún momento disfrutar de su máxima aspiración de reconocimiento publicando la foto del diploma en Instagram o Facebook. No puedo dejar de imaginármelos en oposición a nuestra estrella porno quien nos da Esperanzas con sus análisis y declaraciones. En mi mente, esos eternos aspirantes del reconocimiento académico se prefiguraron célibes, constreñidos, practicantes de la abstinencia e incluso, en casos extremos, odiadores del sexo. No tengo pruebas científicas sobre lo que estoy diciendo y tampoco puedo esbozarlo como una regla general; además, reconozco que me faltan muchas lecturas sobre el tema. Sin embargo, a veces, sin ser un Nacho Vidal ni un Mandigo ni un Niño Polla uno puede darse el lujo de aspirar a sacar buenas conclusiones.

Posdata: Después de este análisis, creo que en cuanto terminen las restricciones por la pandemia, dejaré de molestar con la intención de vender mis libros a profesores, estudiantes y demás personas del medio académico. Creo firmemente que, si busco en las zonas de tolerancia, en los bares y prostíbulos de Colombia podré encontrar para lo que escribo más y mejores lectores.   

                                                          Jesús David Buelvas Pedroza   

miércoles, 10 de febrero de 2021

La inspiración

 

  

La inspiración 

Insiste en colarse entre mis textos. 

Por poco entra al lugar donde trabajo.

Uno de mis descuidos

al dejar abierta una ventana.

Pude cerrar a tiempo.  

Se estrelló contra el vidrio

con sus zalamerías

en forma de flores y mariposas.

La miré con sorna.

Le hice señas de que no la quería.

Su visita no me interesaba.

Le di el nombre y la dirección

de algunos poetas

que contentos la recibirían.

Gustosos la dejarán

correr entre sus páginas.  

La vi marcharse

                         cabizbaja     resentida.

Casi seguro de que insistirá

en volver para volcar

sus imágenes nada convenientes  

sobre lo que escribo  

mantengo un afilado cuchillo

entre mis hojas en blanco.

Si insiste en colmar mi paciencia

no me dejará otro remedio que asesinarla.  

 

                             Jesús David Buelvas Pedroza